Madrid, 10 de diciembre de 2016 - “A veces todo fluye y otras, simplemente, no”, afirmaba Javier Fernández nada más terminar su programa en la final del Grand Prix (GPF) en Marsella. Una prueba extraña en la que todos los favoritos fallaron y, en la que los patinadores emergentes, brillaron.
La final masculina arrancaba con una gran exhibición del joven japonés Shoma Uno (18 años), bronce el año pasado en la GPF de Barcelona, que presentaba tres cuádruples (un flip y dos toe) y seis triples en un ejercicio muy dinámico valorado en 195,69 que, a la postre, le permitiría repetir misma la medalla del año pasado. Tras un Adam Rippon poco inspirado, un patinador que por sus ejercicios de menor dificultad no optaba al podio, llegaba el turno de otra estrella emergente: el estadounidense Nathan Chen. Con apenas 17 años, presentó el mejor largo de la noche. Un montaje en el que incluía los dos saltos más complicados que físicamente se pueden realizar: los cuádruples lutz, que combinó con triple toe, y flip. Su valoración fue prácticamente imbatible, 197.55 puntos, ascendiendo de la quinta plaza del programa corto a la medalla de plata final.
Con un listón muy alto, era el turno de los tres grandes favoritos: Yuzuru Hanyu, Javier Fernández y Patrick Chan. Hanyu comenzaba bordando sus cuádruples bucle y salchow pero poco a poco iba perdiendo gas. Caía en otro cuádruple salchow, omitía una combinación y dejaba en sencillo el intento del triple lutz, dejándose por el camino unos 20 puntos y abriendo la puerta a sus rivales. A pesar de sus escasos 187.37, se acabaría llevando la victoria por el gran margen que arrastraba con sus oponentes desde el programa corto.
Era el turno de Javier Fernández que necesitaba una súper nota de algo más de 202 puntos, algo posible pues su marca personal es 216,41. Sin embargo, desde el principio se vio que algo no andaba bien, no volaba como de costumbre. Iniciaba su programa dejando en triple el cuádruple toe, ante la decepción del público. Acto seguido aterrizaba dos luchadas combinaciones de cuádruple salchow + doble toe y de triple axel + doble toe. La segunda mitad de su coreografía con un medley de Elvis Presley, se abría con otro cuádruple salchow donde apoyaba el pie libre no completando toda la rotación. Un error menor comparado con la caída que vendría en el segundo triple axel. Terminaría con cuatro triples correctos (triple lutz, triple flip + medio bucle + triple salchow y triple bucle). Su cara no podía esconder la decepción. Mientras se escuchaba a los fans españoles entonar un ‘Javi te queremos’, esbozaba una sonrisa, pero sabía que su opción de oro y, muy posiblemente de medalla, se escapaba. Y así era: 177,01 puntos para terminar en cuarta posición. “He intentado darlo todo pero parece que los saltos me dominaban a mí y no yo a ellos. Unas veces se gana y otras no, a seguir trabajando y aprendiendo” diría resignado al terminar. Y es que ‘SuperJavi’ es, al final y cabo, humano. Peor fortuna correría Patrick Chan que sufría tres caídas y finalizaría quinto.
Destacar que, en un precioso gesto lleno de deportividad, Hanyu animó a nuestro patinador durante todo su ejercicio. Pero parece que a Javier Fernández, la final del Grand Prix se le resistirá un año más.
Clasificación final
Yuzuru Hanu (Japón) 293,90 puntos
Nathan Chen (Estados Unidos) 282,85 puntos
Shoma Uno (Japón) 282,51 puntos
Javier Fernández (España) 268,77 puntos
Patrick Chan (Canadá) 266,75 puntos
Adam Rippon (Estados Unidos) 233,10 puntos